miércoles, 4 de agosto de 2010

Lutrinae

Características

Son animales que se sienten más a gusto en el agua que en tierra firme. Poseen un tupido pelaje impermeable que les permite conservar el calor de su cuerpo.

Son grandes nadadoras y pueden cerrar sus fosas nasales bajo el agua, pudiendo permanecer sumergidas hasta 6 minutos sin salir a la superficie para respirar. Ejecutan un grácil movimiento de patas y cola, de arriba a abajo, cuando se desplazan por el agua a gran velocidad. Sólo utilizan sus miembros delanteros cuando nadan lentamente. En el agua pueden alcanzar velocidades de hasta 12 km/h.

El macho suele ser de mayor tamaño que la hembra. Suele vivir entre 8 y 15 años. Poseen una dentadura de 36 dientes, con 6 incisivos en la mandíbula superior e inferior. En sus patas tienen 5 dedos con uñas, con membranas interdigitales que ayudan en su desplazamiento acuático.

Historia natural

Las nutrias entran en celo en cualquier época del año; sin embargo, su reproducción es lenta e irregular, aunque se observan mayor cantidad de partos durante la primavera. De cada uno de ellos pueden resultar dos o tres crías, que nacen ciegas y sin dientes. Su período de lactancia es de unos dos meses, abandonando el territorio materno después de aproximadamente un año, cuando comienzan a vagar en busca de establecer su propio territorio, cosa que efectivizan aproximadamente después de dos años de haber nacido.

Las nutrias de río se alimentan de pequeños peces, ranas y otros animales acuáticos que atrapan con la boca. En cambio, las nutrias tropicales de Asia y África, escarban en el barro del fondo de los ríos con sus sensibles patas delanteras en busca de alimento (camarones, cangrejos y similares).

Frente a las costas occidentales de América del Norte viven las nutrias marinas que atrapan a sus presas con las patas delanteras: peces de movimientos lentos y animales con concha, como erizos de mar y moluscos. Estos inteligentes animales cogen una piedra del fondo del mar y, nadando boca arriba, la colocan sobre su pecho y golpean las conchas hasta partirlas, siendo, además de los primates, los únicos mamíferos que utilizan algún tipo de "herramienta". Es un animal en peligro de extinción por lo que, en muchos lugares, su caza está prohibida. Su depredador natural es la orca.

En Suramérica, Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana, Venezuela, Paraguay y también Perú, existe una especie de nutria de gran tamaño, la nutria gigante o ariraí (Pteronura brasiliensis), que llega a medir unos 2 metros y pesar entre 35 y 40 kg. Su pelaje marrón y muy tupido, lo que las hizo especialmente deseables por los cazadores. Se alimenta exclusivamente de peces que cazan en grupos de dos a cinco individuos. Vive en grupos familiares, usualmente los reproductores, los cachorros y los casi adultos. Estos últimos colaboran en la crianza de los cachorros, pero no se reproducen hasta abandonar el grupo familiar. Los conquistadores españoles las apodaron "lobos de río".

Su hábitat común suele ser la cuenca del río Amazonas y el río Orinoco y son, junto con el jaguar, el caimán negro, la anaconda y el águila arpía, uno de los grandes depredadores de Suramérica. Esta especie se encuentra en algunos de los ríos mediterráneos de la Argentina, no así en Uruguay donde se ha evitado su extinción mediante criaderos.

Descripción

La nutria es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los mustélidos. Su cuerpo es grande, esbelto y ligeramente aplanado, mide entre 59 y 85 cm, a lo que hay que añadir la cola, que es ancha en la base y afilada en el extremo. Ésta mide entre 25 y 60 cm., es decir, más de la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos (LCC). Tiene unas patas cortas y entre sus dedos existe una membrana interdigital (especie de tejido que une los dedos) que ocupa toda su longitud.

El pelo es lustroso, espeso e impermeable, el color en la espalda es pardo oscuro, más intenso en el lomo que en las extremidades, y en el vientre es gris, menos en la garganta que es de color blanco sucio.

Los machos suelen ser de mayor envergadura que las hembras.

Su dentadura consta de 36 dientes, teniendo en la mandíbula superior 6 incisivos, 2 colmillos, 8 premolares y 2 muelas y, en la inferior, 2 premolares menos. Si una nutria mordiera una pechuga de pollo, la distancia entre los orificios producidos por los colmillos superiores sería de 2 cm.

Las nutrias suelen vivir entre ocho y quince años.

En las huellas de la nutria, se aprecian 5 dedos con uñas, son muy características y fáciles de reconocer. La delantera mide entre 6 y 7 cm. de largo por 5 ó 6 cm. de ancho y las traseras son más largas, midiendo entre 6 y 9 cm. La membrana interdigital sólo quedará impresa si la nutria saltó sobre algún suelo blando, asimismo en el resto de las huellas, podría faltar la impresión de los dedos interiores. Se parecen a las de tejón, pero los dedos y las uñas son más cortos. En la nieve, a menudo la cola deja un rastro continuo. Dependiendo del paso que lleve el animal, nos encontraremos diferentes conjuntos de huellas; la impresión más frecuente que se observa corresponde al trotecillo o paso normal.

Los excrementos normalmente son viscosos, sin forma determinada, y están recubiertos por una espesa capa de mucus. Cuando son sólidos miden 1 cm de diámetro. Si están frescos son de color negro o pardo verdosos brillantes y al envejecer se vuelven grises y ocasionalmente blancos. Tienen un olor a grasa o aceite de pescado, muy persistente y característico. Son depositados en el agua, en sitios elevados de las orillas o sobre piedras que sobresalen del cauce (muchas veces en una piedra blanca), siempre en el mismo sitio, donde se puede juntar un buen estercolero. El contenido de las heces puede estar compuesto por escamas, espinas de peces, conchas de cangrejo, huesecillos de aves, roedores, batracios, restos de insectos, etc.

Emite varios tipos de sonidos como silbidos, una especie de grito similar a una risa, bufidos y algo similar a un estornudo.

Hábitat y distribución

Su hábitat preferido está situado en las orillas de los ríos bordeadas por bosques, vegetación espesa o paredes de piedra. Le gustan las aguas cristalinas con fondos pedregosos.

El territorio de los machos puede abarcar unos 15 km. de río, recorriéndolo cada 3 ó 4 noches. El de la hembra es menor, ocupando unos 7 km. de río. Dentro de cada territorio no permiten cazar a ningún otro animal, ni siquiera a sus congéneres.

Utiliza una especie de toboganes, lustrosos y brillantes, para descender desde las pendientes altas y resbaladizas que terminan en el río.

Su madriguera suele estar ubicada al borde del agua, aprovechando cuevas naturales, madrigueras abandonadas, entre la maleza de las isletas de los ríos, etc.; disponen de una abertura para mantener ventilada la guarida. El suelo del nido suele estar compuesto por hierba seca, o bien con musgo y hojas. En ellas se suelen encontrar deyecciones, y si hay crías dentro, tienen un olor desagradable y penetrante.

Fuera del periodo de cría, la nutria no tiene domicilio fijo, valiéndose de diversos refugios temporales para descansar o pasar algunas noches. El nido de cría suele situarlo en arroyos laterales, protegidos de una posible crecida del río.

En la Península Ibérica su distribución es muy irregular, falta en el SE y en amplias zonas del centro, así como en los ríos contaminados, por lo que se va relegando a zonas montañosas frecuentemente con muchas lluvias.

La presencia de la nutria en un río es el mejor indicio que tenemos sobre el buen estado de un cauce fluvial. Por desgracia la contaminación de los ríos, los basureros incontrolados que en cada pequeña población se arrojan al monte y acaban en el agua, la corta de árboles y vegetación de las riberas, la lejía y el sulfato que utilizan los furtivos en la pesca de truchas, y otras agresiones que sufren nuestros ríos, están haciendo que este animal disminuya año tras año alarmantemente su población, estando ya incluida como especie vulnerable en el Libro Rojo de los Vertebrados Españoles publicado por ICONA en 1992. Está catalogada como de interés especial. Ésta especie está protegida por el Convenio Internacional CITES, en el cual se cataloga como de inminente extinción a causa del comercio por lo que lo prohíbe explícitamente.

También aparece recogida en el Anexo II del Convenio de Berna, entre los animales cuyo peligro de extinción es grave y requiere especiales cuidados para su recuperación. Por otro lado aunque se le acusa de alimentarse de truchas, lo cual es cierto, también lo hace y en gran parte de peces, ranas, culebras y anguilas, que a su vez son también predadores de truchas y mucho más numerosos que la nutria, con lo cual colabora enormemente al equilibrio biológico de los cauces, no permitiendo la superpoblación de esos otros animales que se alimentan casi única y exclusivamente de las truchas y de sus crías.

Reproducción

El período de celo puede tener lugar en cualquier época del año. El comportamiento de la nutria cambia en esta época, pues se vuelve más diurna, se olvida de las precauciones cotidianas y los machos emiten unos sonoros silbidos por la noche, circunstancias que nos ayudan enormemente para localizar la presencia del animal en un curso de agua. Durante este periodo, la pareja de nutrias siempre va unida, comienzan los juegos que preceden a la cópula, en los que se persiguen en el agua y a continuación, copulan silbando penetrantemente.

Tras el coito, tienen un periodo de gestación de 9 semanas aproximadamente.

El parto puede tener lugar en cualquier mes, pero en primavera o a principios de verano es cuando se produce el mayor número de ellos, y dentro de este periodo, mayo es el mes más frecuente.

Normalmente nacen 2 ó 3 cachorros, si bien puede haber alguna camada de hasta 6 crías.

Al nacer las crías tienen los ojos cerrados y no los abrirán hasta pasadas 4 ó 5 semanas. Cuando las pequeñas nutrias cumplan las 7 semanas, se aventurarán por primera vez fuera del cubil, y a las 10 semanas, jugarán confiadamente por los alrededores. La madre les enseñará a nadar llevándolos en su espalda hasta la mitad del cauce y dejándolos allí para que vuelvan hasta la orilla solos. Seguirán mamando hasta que cumplan las 14 semanas, y cuando los cachorros cumplan unos 6 u 8 meses, abandonarán a la madre para iniciar una vida independiente.

Alimentación y costumbres

Su dieta está compuesta principalmente por peces, y en menor medida por ratas de agua, sanguijuelas, escarabajos de agua, caracoles, cangrejos, ranas, culebras, anguilas, insectos, aves acuáticas con sus polluelos y puestas, y también alguna fruta (manzanas, etc).

Come en las orillas de los ríos, y allí donde comió se pueden apreciar restos de colas y espinas de peces, trozos de ranas y culebras, etc.

Suelen capturar a especímenes con taras o enfermos, con lo que contribuyen a que las especies supervivientes sean las más robustas y sanas.

Las nutrias se establecen en una zona determinada, aunque cada cierto tiempo cambian de territorio en busca de alimento.

Normalmente están activas desde el atardecer hasta el amanecer, pudiendo ser observada durante el día en lugares no frecuentados por el hombre.

Comienzan su actividad al oscurecer, al salir se asean mediante fuertes roces contra alguna superficie áspera, luego cada nutria recorre en solitario (menos en el celo y las hembras durante la crianza) los cursos de agua a contracorriente y realizando tramos del trayecto por tierra. Cuando regresa lo hace a favor de corriente, dejándose llevar por la misma y bordeando los rápidos y las corrientes por tierra (lugares idóneos para observar sus huellas).

Juegan en unos revolcaderos, situados en zonas arenosas de los márgenes de los ríos, deslizándose por toboganes, y pudiendo llegar a juntarse varios ejemplares.

Cuando por causa de las lluvias, el río crece, busca refugio en la espesura del monte, entre la vegetación de las isletas, o en guaridas abandonadas por otros animales.

Acude a pequeños riachuelos cuando se secan, para alimentarse de ranas y peces que quedan allí aislados.

Cuando está fuera del agua se desplaza a saltos, lentamente, y por el río, va haciendo zig zag de una orilla a otra, jugando constantemente.

Tienen una buena vista bajo el agua (mejor que fuera de ella), y el oído y olfato son muy finos y sólo los utiliza fuera del agua.

Es una gran nadadora y buceadora; puede permanecer hasta 3 minutos dentro del agua, siendo lo normal que realice unas inmersiones de 30 segundos.

Hippopotamidae

Descripción

Los hipopotámidos son unos mamíferos grandes, de piernas cortas, rechonchas, y cuerpos en forma de barril. Tienen una cabeza grande, con una boca amplia y fosas nasales situadas en lo alto del hocico. Al igual que los cerdos, tienen cuatro dedos en el pie, pero a diferencia de estos, utilizan todos los dedos para andar. Los hipopotámidos son ungulados, pero, a diferencia de la mayor parte de estos animales, no tienen pezuñas y cuentan en su lugar con unas almohadillas de resistente tejido conjuntivo. Su estómago tiene tres cámaras, pero no son verdaderos rumiantes.

Las especies actuales son de piel lisa y carecen tanto de glándulas sebáceas como de glándulas sudoríparas. La epidermis es relativamente delgada, por lo que se deshidratan rápidamente en ambientes secos. Las dos especies que existen difieren, en particular, por la forma de las orejas, las cejas son mucho más pronunciadas en el hipopótamo común. El hipopótamo común es mucho mayor, puesto que mide 1,50 metros hasta la cruz y 3,50 metros de longitud para un peso de 1,4 a 3,2 toneladas, mientras que el hipopótamo pigmeo sólo mide 1 metro hasta la cruz y de 1,50 a 1,75 metros de longitud y un peso de 170 a 275 kilogramos. La morfología de las patas también es diferente, los dedos son más largos para la especie pigmea, que está más adaptada para la marcha.

Tanto los incisivos como los caninos tipo colmillos son de gran tamaño, aunque los caninos (colmillos) sean con mucho los más grandes, y ambos les crecen durante toda su vida. Los dientes postcaninos son grandes y complejos, adecuados para masticar la materia vegetal que conforma su dieta. El número de incisivos varía incluso entre las mismas especies, pero la fórmula dental generalmente es: 2-3.1.4.3 / 1-3.1.4.3.

Historia evolutiva

Los hipopotámidos descienden de los antracotéridos, una familia de artiodáctilos semiacuáticos que aparecieron en el Eoceno tardío, y se considera generalmente que se asemejaban a hipopótamos pequeños o de cabeza estrecha. Más específicamente, los hipopótamos se separaron de los antracotéridos en algún momento durante el Mioceno. Después de adquirir la apariencia de los hipopotámidos verdaderos, los antracotéridos entraron en una fase de decadencia causada por una combinación de cambio climático y competencia con sus descendientes, hasta que el último género, Merycopotamus, murió en el Plioceno Temprano de la India.

Existieron muchas especies de hipopotámidos, pero en la actualidad sólo sobreviven dos: el hipopótamo común (Hippopotamus amphibius) y el hipopótamo pigmeo (Choeropsis liberiensis). Son los últimos supervivientes de dos linajes evolutivos principales, los hipopótamos verdaderos y los hipopótamos pigmeos, respectivamente; estos linajes posiblemente podrían ser considerados subfamilias, pero las relaciones entre ellos (a parte de ser parientes bastante distantes) no han sido resueltas.

No se conoce lo suficiente del enigmático Kenyapotamus del Mioceno como para asignársele un lugar en la filogenia del hipopótamo con cierto grado de certeza. Además, el género Hexaprotodon, ahora está restringido en cierto modo a un grupo extinto de animales que vivían en torno al norte y noreste del océano Índico, que incluía a la mayoría de los hipopótamos antiguos, resultó ser parafilético.

El actual hipopótamo pigmeo (Choeropsis liberiensis), que vive en las selvas húmedas del África Occidental, es una especie más arcaica que el género Hippopotamus.

Restos de hipopótamos abundan en los depósitos de África, Oriente Próximo y Europa (incluida toda Gran Bretaña al sur de York). Éste último continente sólo era habitado de forma intermitente durante los periodos cálidos, emigrando los hipopótamos hacia el sur cuando arreciaban los fríos glaciares. Sobrevivieron en la Península Ibérica hasta hace unos 30 000 años, y en islas mediterráneas como Malta o Chipre hubo especies enanas hasta el Neolítico. En Madagascar y otras islas al este de África también se desarrollaron especies de pequeño tamaño, que desaparecieron a la llegada del hombre. Todavía en la Edad Antigua estaban presentes en el Bajo Egipto y Palestina, pero hoy han desaparecido de esos lugares y tienen una distribución muy irregular a lo largo y ancho del África subsahariana, tanto en la sabana como en la selva, aunque el ser humano ha ido acabando con ellos poco a poco.